¡Los líderes silenciosos…!

¿Por qué cada día escuchamos menos historias de «héroes» famosos por ser mesías salvadores de sus organizaciones? ¿Estarán desapareciendo? ¡No! Lo que ocurre es que estamos en una época en la que se comprende que la clave está en facilitar que surjan muchos otros líderes que desarrollen una labor silenciosa en todos los niveles de las empresas, sin personalizar el éxito. Incluso los «héroes» promueven ahora nuevos líderes. 

No se escriben muchos libros ni se hacen documentales sobre estos líderes silenciosos, pero están en todas partes aunque parezcan invisibles. Se ubican en pequeñas trincheras,  facilitan que los sueños se conviertan en realidad, sin atribuirse la paternidad de los logros. Lo relevante no es cuántas personas dirigen, sino la función que cumplen junto a sus equipos -no adelante- motivando y facilitando alcanzar participativamente los resultados. 

La complejidad del cambio, del quehacer diario y de los retos en un entorno impredecible, induce la formación de redes de líderes que aglutinen voluntades hacia una visión, que faciliten desplegar los talentos latentes en cada persona y que compartan con el equipo la responsabilidad de vivir los valores y procurar las metas. La tolerancia a la diversidad y al sano conflicto son pilares de estos silenciosos que lanzan hacia arriba a su equipo cada vez que algo sale bien. 

Si en el pasado se enviaba al estrellato de la fama a líderes que disolvían o resolvían problemas, hoy se valora más a los emprendedores, a los proactivos y precursores. La gente se ha ido cansando de discursos sobre problemas y debilidades, ahora prefiere escuchar de las fortalezas y de lo posible para ilusionarse con un futuro mejor. Van quedando atrás las historias de los super líderes que se encargaban de decidir todo y aparecen los relatos de hombres y mujeres comunes que inspiran a sus propios compañeros de trabajo. 

Dejamos de ver líderes únicos que definían el rumbo, para darle paso a los que ejercen influencia con sencillez y en pequeña escala. Éstos poseen dudas, contradicciones, paradojas y ambigüedades, pero las comparten con humildad con su propio equipo y agradecer con honestidad la ayuda para encontrar el camino. Ya no se trata de quiénes tienen el monopolio del poder para aportar la visión sino de promover un espíritu común en el que todos su sumen a la tarea. 

Vivimos entonces la época de la multiplicación del liderazgo, de abandonar la dependencia de esos «héroes» que cambiaron organizaciones y que ahora ceden su sitio a personas que están escribiendo una nueva historia en los paradigmas del liderazgo. De repente usted encuentra uno de ellos o ellas en su espejo; otros pueden estar muy cerca suyo, expréseles su complacencia por su inspiración y por lograr tanto con su trabajo silencioso.