¡Los juegos políticos y usted!

«¿Quién obtiene qué a cambio de qué?» Esa conocida definición de la «política» nos coloca frente a una realidad: Sin recursos que transar no somos protagonistas en la organización y podemos terminar marginados. ¿Cómo está entonces su «salud política»?

Los recursos son de diversa índole: credibilidad profesional, experiencia, actitud positiva, conocimientos técnicos, prestigio, relaciones internas, contactos externos, autoridad moral, información, legitimidad, y otros. La «salud política» de una persona depende de cuáles de estos activos dispone para transarlos con los de otros actores que, a su vez, requieren los que ella posee.

Quienes dirigen las organizaciones usan sus recursos para mantener y acrecentar su poder, el cual depende del apoyo de otros miembros que, igualmente, desean influenciar con los suyos las decisiones de los líderes. Lamentablemente, esto provoca, por ejemplo, que un «mal jefe» no lo sea tanto para quienes satisfacen sus necesidades con los recursos que él les aporta, a cambio de la obediencia a sus decisiones. «A mí no me importa que mi jefe sea prepotente, siempre que me permita lograr mis metas personales», diría quien solo vela por sus intereses. Tampoco un mal miembro sufriría consecuencias negativas si aporta al jefe lo que éste necesita para consolidar su posición. El problema realmente serio se inicia cuando se negocia la dignidad personal y el respeto a los valores propios, a cambio de satisfacer ciertos apetitos o necesidades. ¿En qué se convierte alguien que pone precio a su dignidad?

Si los juegos políticos son una realidad en su empresa, entonces analice sus actitudes y aptitudes, pues de ellas depende su permanencia, influencia y futuro. Así, es inteligente crecer en cualidades que son importantes para el equipo, aprender a lidiar con la política interna y anticipar las transacciones éticas que, en verdad, permiten prosperar. Diversificar capacidades, cultivar alta calidad de relaciones, y saber concretar objetivos a su cargo, son llaves que abren puertas ante cambios y actores estratégicos. No es agradable simplificar ni describir el desempeño de las organizaciones como producto de meras transacciones; pero siendo pragmáticos, con poco que ofrecer en ellas ni siquiera seremos parte del juego.

¿De qué vale tener mucho dinero en medio del desierto deshabitado? Los recursos provenientes del pasado podrían ser obsoletos en el presente; en cambio los que tienen alto valor actual o futuro acrecientan el poder para decidir o influir. Si un jefe recurre al autoritarismo es porque percibe que ya gastó sus otros recursos, incluyendo la credibilidad y la legitimidad para decidir con el apoyo de sus colaboradores.

¿Cómo evalúa usted su propia robustez política en su organización? ¿Qué nuevos recursos necesita desarrollar para ser un buen protagonista y no una víctima en la política interna?