¿Qué parte no entendiste?

«Con el mayor respeto y pensando en el mejor beneficio para usted y nuestro equipo, le insto modificar esta sola actitud, solo ésa». ¿Qué cree que sus compañeros le solicitarían a usted? Es sorprendente, pero muchas cosas mejorarían en las organizaciones si quien las dirige o sus miembros, cambiaran una actitud que realmente molesta a todos, y que obstaculiza elevar el desempeño, o bien, disfrutar de un ambiente de trabajo estimulante.

Eso es frustrante, pues no se trata de algo imposible sino de la toma de conciencia de lo poco que se debe cambiar, si tan solo existiera la humildad de reconocerlo. Un líder puede tener muchas virtudes y hacer grandes cosas, pero si incurre en algo relevante que afecta al resto, le convendría reflexionar y asumir una nueva actitud. Veamos ejemplos que irritan a un equipo: indiscreción en manejo de información confidencial de colegas o empresa, exceso de protagonismo cuando los méritos son colectivos, irrealismo, emisión de juicios de valor, cambios frecuentes e injustificados en rumbos o programación de actividades, autoritarismo inesperado bajo presión, conductas que contradicen valores del equipo, sordera voluntaria, favoritismos, ausencia en momentos claves y usted puede agregar otras conductas que le molestan. En pocas palabras, son contradicciones entre lo que se predica y lo que se hace, entre las normas pactadas y las acciones visibles.

No se busca que cada persona sea perfecta o inequívoca, eso es inalcanzable. Sin embargo, seamos objetivos, se trata de actitudes que es factible modificar si se decide hacerlo. Lo peor que suele suceder es que la persona ya se haya comprometido a no incurrir en ellas, y reincide. Es entonces cuando sus colegas parecen preguntarle: «¿Qué te pasa? ¿Qué fue lo que no entendiste de lo que acordamos?»

Sería muy productivo si después de leer esta columna usted preguntara a cada miembro de su equipo lo siguiente: ¿Qué es algo, una sola actitud, que si yo la cambiara, a todos nosotros nos iría aún mejor? ¡Atrévase! Usted será quien más se beneficie. Es más, inicie el ejercicio en su propia familia, ¿qué le parece?

Si usted aplica esta sugerencia sucesivamente con varias personas, notará que las recomendaciones constructivas comenzarán a coincidir. Entonces solo necesitará su sentido común más una dosis de sensatez, para darle a su equipo la gigante satisfacción de un pequeño cambio en su persona, que será de alto impacto para sus miembros.

Ahora imagine que este ejercicio abarcara a cada uno de los miembros del equipo. ¿Cómo se verá el mismo cuando todos hayan mejorado radicalmente en una sola pero importante actitud? ¿Verdad que vale la pena intentarlo? De lo contrario, alguien podría preguntarle a usted… ¿qué parte es la que no entendió?